



Tenemos en nuestras manos un poder muy grande, el de formadores, el de ejemplos de vida, el de guías, eso debería ser en lo primero en lo que reflexionemos al empezar una carrera enfocada a la enseñanza.
Desde el momento en que supimos que teníamos que realizar una practica en una comunidad, quisimos poner en acción a los niños de una escuela con una herramienta tecnológica que, quizás, no conocen pero a la que (sabíamos y confiábamos) se adaptarían brevemente.
Se trata de una tabla gráficadora, que se usa para realizar trabajos en digital (directamente en el computador), desde el dibujo los niños ahora tenían la posibilidad de producir y hasta publicar sus trabajos mostrando que pueden ofrecer una visión de su cotidianidad y comunidad, que por estar dentro de una zona rural (en la que difícilmente tiene acceso a la tecnología), pueden comprender los lenguajes trabajados en este medio, y por que no, producirlos cargándolos con un mensaje propio.

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